Toma la pastilla roja!!!

BIENVENIDO Y TOMA LA PASTILLA ROJA "...Eres un esclavo, Neo/ Igual que los demás, naciste en cautiverio/ naciste en una prisión que no puedes ni oler ni saborear ni tocar/ Una prisión para tu mente/ Por desgracia no se puede explicar lo que es Matrix/ Has de verla con tus propios ojos/ Esta es tu última oportunidad/ Después, ya no podrás echarte atrás/ Si tomas la pastilla azul fin de la historia (La historia acabará)/ Despertarás en tu cama y creerás/ lo que quieras creerte/ Si tomas la roja, te quedas/ en el País de las Maravillas/ y yo te enseñaré hasta dónde llega la madriguera de conejos/ Recuerda/ lo único que te ofrezco es la verdad/ Nada más..."

miércoles, 2 de enero de 2013

SUICIDIO - UNA FUGA SIN DIRECCIÓN, SIN SENTIDO, SIN RAZÓN



En julio de 1862, Allan Kardec analizó una estadística espantosa y publica en la Revista Espirita que “desde el comienzo del siglo XIX el número de los suicidios en Francia desde 1836 a 1852, era de 52.126 por año. En 1858, se contaron, 3903 suicidios, de los cuales 853 eran mujeres, y 3050 hombres; en fin, según la última estadística en el transcurso del año 1859, 3899 personas se mataron, a saber, 3057 hombres y 842 mujeres.” (1)

Actualmente, como si no bastase el inquietante “Día Nacional de Prevención al Suicidio”, la Justicia francesa está investigando la ola de suicidios en la operadora de telefonía France Telecom. En los últimos años, 46 funcionarios de la compañía se mataron – 11 funcionarios de ellos apenas en el 2010, según datos de la dirección de la empresa y de los sindicatos. Infelizmente, son exactamente en los países ricos, en los que la ambición y el materialismo se acentúan, donde sobresalen los preconceptos que el número de muertes por suicidios es aterrorizante. Según las estimaciones de los estudiosos, algunos países del Viejo Continente carecen de un “plan nacional para la prevención de los suicidios” , pues es amenazador el número de muertes auto-infligidas.

Kardec escribió que el suicidio es contagioso; “el contagio no está ni en los fluidos ni en las atracciones; èl está en el ejemplo que famiariliza con la idea de la muerte y con el empleo de los medios para que ella se dé; esto es tan verdadero que cuando un suicidio ocurre de una cierta manera, no es raro ver a varios de ellos del mismo género realizarse.”(2) Quince años antes de la Revolución Francesa, el lanzamiento del libro “Werther” del poeta alemán Goethe, provocó una ola de suicidios en Europa. “Romeo y Julieta, creación de Shakespeare, así como tantos Romeos y Julietas de la vida real, se matan para vengarse de su ambiente y de las personas que están a su alrededor (3) Albert Camus en (El Mito de Sísifo” defiende la tesis que solo existe un problema filosófico realmente grave: el suicidio – Juzgar si la vida vale o no la pena ser vivida es responder a la cuestión de filosofía. (¡?) Que lo abordan escritores como Arthur Schopenhauer en "Los Dolores del Mundo”, que induce a su lector invigilantes al suicidio, y Friedrich Wilhelm Nietzsche que escribió en “Así habló Zaratustra" que orar es vergonzoso, afirmando que “la idea del suicidio es un gran consuelo: ayuda a soportar muchas noches más.”(¡?)

El suicidio es una acción únicamente humana y está presente en todas las civilizaciones. Sus matrices originales son abundantes e intrincadas. Algunas personas (re) nacen con ciertos desordenes psiquiátricos, tal como la esquizofrenia y el alcoholismo, lo que obviamente acrecienta el riesgo del suicidio. Los determinantes del autocidio patológico están en las ansiedades mentales, desesperanza, disgustos, intranquilidad emocional, alucinaciones recurrentes. Puede estar vinculada a la falencia financiera, vergüenza y macula moral, decepciones amorosas, depresión, soledad, miedo al futuro, soberbia personal (rechazo a admitir el fracaso) o exacerbado amor propio (creer que su imagen no puede sufrir ningún arañazo o herida). Más, creemos que la exacta causa del suicidio no está en los hechos infelices en sí, sino en la actitud como la persona cede ante el disgusto.

Hay auto exterminio por las ideas fijas, realizados fuera del imperio de la razón, como aquellos, por ejemplo, que ocurrieron en la psicosis, en la embriaguez; aquí la causa es meramente fisiológica; más paralelamente “se encuentra la categoría, mucho más numerosa, de los suicidios voluntarios, realizados con premeditación y con pleno conocimiento de causa.” (4) El Codificador indagó a los espíritus -2¿Qué pensar del suicidio que tiene por causa el disgusto de la vida?”. Los Benefactores respondieron: ¡Insensatos! ¿Por qué no trabajan? La existencia no les sería una carga!”(5)

Hace dos milenios Jesús dijo: “Bienaventurados los que lloran, pues serán consolados”. (6) ¿Más, como comprender la conveniencia de sufrir para ser feliz? ¿Por qué unos ya (re) nacen abastecidos y otros en la miseria, sin haber hecho nada (en la existencia actual) que justifique esa posición? “La certeza de la inmortalidad puede confortar y generar resignación, con todo no elucida esas aberraciones, que parecen contradecir la Justicia Divina. Si Dios es soberanamente bueno y justo, no puede actuar caprichosamente, ni con parcialidad. Luego, las vicisitudes de la vida derivan de una causa y, puesto que Dios es Justo, justa ha de ser esa causa.”(7)

En la Tierra, es preciso tener tranquilidad para vivir y convivir, hasta porque, no hay tormentos y problemas que perduren una eternidad. Recordemos que la vida no pone en nuestros hombros fardos más pesados que nuestros limites puedan soportar. La calma y la resignación extraídas de la manera de valorar la vida terrestre y de la certeza del futuro “dan al espíritu una serenidad que es el mejor preservativo contra la locura y el suicidio.” (8) Sin embargo, la incredulidad, la mera sospecha sobre el futuro espiritual, las opiniones materialistas, por fin, son los grandes incitadores al suicidio y ocasionan el debilitamiento moral.

Los Benefactores Espirituales advierten que el suicidio es comparable a alguien que salta a ciegas sobre un despeñadero de brasas. Después de la muerte, describen los espíritus, adviene al suicida la sed, el hambre, el frio o el calor insoportable, el cansancio el insomnio los irresistibles deseos impúdicos, la promiscuidad y las tempestades con constantes inundaciones de lamas fétidas. Y peor, a los que huyen de la lucha, les recordamos que posponer la deuda moral significa reencontrarla más tarde (por la reencarnación) con intereses sumados con el cobro sin moratoria.

La Tercera Revelación comprueba a través de las comunicaciones mediúmnicas a la posición desventurada en la que se deparan los suicidas y comprueba que ninguna persona infringe impunemente la ley de Dios. el espirita tiene, así, varios motivos para contradecir la idea del suicidio: la confianza de una vida futura, en la que, el sabe, será de tal manera más venturosa, cuanto más infeliz y abdicada haya sido en la Tierra.

¡Es verdad! El suicidio es una puerta falsa en la que el individuo, mirando liberarse de su malestar, se desmorona en circunstancia extremamente más arruinada. Precipitado, violentamente, en el más Allá del Túmulo, repleto de fluido vital en el cuerpo aniquilado, revive, continuamente, por largo tiempo, los tormentos de la conciencia y las sensaciones de los últimos momentos, más además la de permanecer debajo de penosa tortura aprisionado a los despojos carnales bajo la propia tumba. Como si aun esto no bastase, permanecerá en la dimensión espiritual sumergido en regiones de penumbras, donde sus martirios serán tenaces, a fin de aprender con el dolor pungente a respetar la vida con más empeño en otras oportunidades reencarnatorios.

Por tanto, “la certeza de que abreviando la vida, llega justamente a un resultado diferente de aquel que espera alcanzar; que se libra de un mal para tener uno peor, más largo y más terrible, que revisará, en el otro mundo, los objetos de su afecto, que quería ir a reencontrar; de donde la consecuencia de que el suicidio está en contra de sus propios intereses. También el número de suicidios impedidos por el Espiritismo es considerable, y se puede de eso concluir que cuando todo el mundo sea espirita, no habrá más suicidios voluntarios, y eso llegará más pronto de lo que se cree.” (9)

Sabemos que la oración es un apoyo para el alma; con todo, no basta: es preciso tenga por base una fe viva en la bondad del creador. Siendo así, cuando nos advenga una causa de sufrimiento o de contrariedad, urge sobreponerse a ella, y, cuando hayamos conseguido dominar los ímpetus de la impaciencia, de la cólera, o del desespero, debemos decir, llenos de justa satisfacción: “Fui mas fuerte! (11)

Ante el impositivo de la Ley de la fraternidad, precisamos orar por nuestros hermanos que dieron fin a sus vidas, apoyándonos en sus dolores, sin condenarlos.

Jorge Hessen

http//jorgehessen.net

Referências bibliográficas:
(1)Análise sobre Estatística dos suicídios que  Kardec fez  do livro “Comédie sociale au dix-neuvième siècle” , autoria de B. Gastineau, publicado na Revista Espírita, julho de 1862
(2)Idem
(3)Disponível em http://www.espirito.org.br/portal/artigos/geae/argumentos-suicidio-1.html
(4)Análise sobre Estatística dos suicídios que  Kardec fez  do livro “Comédie sociale au dix-neuvième siècle” , autoria de B. Gastineau, publicado na Revista Espírita, julho de 1862
(5)Kardec , Allan. O Livro dos Espíritos, RJ: Ed FEB, 2001, perg. 945
(6)Lc. VI, vv. 20 e 21
(7) Kardec , Allan. O Evangelho Segundo o Espiritismo, RJ: Ed FEB, 2006, cap V
(8)Idem
(9)Análise sobre Estatística dos suicídios que  Kardec fez  do livro “Comédie sociale au dix-neuvième siècle” , autoria de B. Gastineau, publicado na Revista Espírita, julho de 1862
 (10) Kardec , Allan. O Evangelho Segundo o Espiritismo, RJ: Ed FEB, 2006, cap V

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